Cómo es el Trastorno de Pánico; Todo el mundo experimenta a veces sentimientos de ansiedad y pánico. Es una respuesta natural a situaciones estresantes o peligrosas. Sin embargo, las personas que padecen un trastorno de pánico tienen sentimientos de ansiedad, estrés y pánico con regularidad, a menudo sin ninguna advertencia o desencadenante evidente.

Aunque los síntomas del trastorno de pánico pueden ser abrumadores y aterradores, se pueden controlar y mejorar con tratamiento. Buscar tratamiento es la parte más crucial para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida en general.

Cómo es el Trastorno de Pánico

Cómo es el Trastorno de Pánico

¿Qué es el Trastorno de Pánico?

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), el trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad que se caracteriza por ataques de pánico intensos, recurrentes e inesperados.

El miedo y la ansiedad pueden ser reacciones normales ante situaciones específicas y acontecimientos estresantes. El trastorno de pánico se diferencia de este miedo y ansiedad normales porque suele ser extremo y puede parecer que surge de la nada.

Una persona con trastorno de pánico puede experimentar síntomas como sensaciones graves de terror, respiración acelerada y aceleración del ritmo cardíaco. Las personas con trastorno de pánico pueden experimentar estos ataques de forma inesperada y sin razón aparente, pero también pueden estar precedidos por algún tipo de evento o situación desencadenante.

Síntomas del Trastorno de Pánico

Para conocer cómo es el trastorno de pánico hay que saber que aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida, los síntomas comienzan con mayor frecuencia al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta y afectan al doble de mujeres que de hombres.

Muchas personas que padecen el trastorno de pánico describen que se sienten como si tuvieran un ataque al corazón o estuvieran a punto de morir, y experimentan algunos o todos los síntomas siguientes:

  • Ataques de pánico repentinos y repetidos de ansiedad y miedo abrumadores.
  • Una sensación de estar fuera de control, o un miedo a la muerte inminente durante un ataque de pánico
  • Síntomas físicos durante un ataque de pánico, como palpitaciones o aceleración del corazón, sudoración, escalofríos, temblores, problemas respiratorios, debilidad o mareos, hormigueo o adormecimiento de las manos, dolor de pecho, dolor de estómago y náuseas.
  • Preocupación intensa por saber cuándo se producirá el siguiente ataque de pánico.
  • Miedo o evitación de los lugares donde se han producido ataques de pánico en el pasado.

¿Cómo Diagnosticar Trastorno de Pánico?

Para que se le diagnostique un trastorno de pánico, una persona debe experimentar ataques de pánico recurrentes y a menudo inesperados, según el DSM-5. Además, al menos un ataque debe ir seguido de un mes o más en el que la persona teme tener más ataques.

El médico también tendrá que descartar otras posibles causas de los síntomas, como:

  • Los efectos fisiológicos directos de una sustancia (como el consumo de drogas o un medicamento) o una afección médica general.
  • Otro trastorno mental, como la fobia social u otra fobia específica, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o el trastorno de ansiedad por separación.

Comportamientos de evitación y trastorno de pánico

Dado que el trastorno de pánico suele llevar a una persona a evitar ciertas situaciones u objetos, también puede conducir al desarrollo de fobias. Por ejemplo, una persona con trastorno de pánico puede dejar de salir de casa para evitar tener un ataque o perder el control en público.

Con el tiempo, esta persona podría desarrollar agorafobia, un marcado miedo a estar en una variedad de situaciones fuera de casa en las que podría ser difícil escapar o no habría ayuda disponible si se desarrollan síntomas debilitantes.

Mientras que las versiones anteriores del DSM clasificaban el trastorno de pánico con o sin agorafobia, la última edición del manual de diagnóstico clasifica los dos trastornos como distintos y separados.

Causas

Para comprender cómo es el trastorno de pánico, es necesario conocer sus causas.

Aunque las causas exactas del trastorno de pánico no se comprenden con claridad, muchos expertos en salud mental creen que influye una combinación de factores ambientales, biológicos y psicológicos:

  • Edad: el trastorno de pánico suele aparecer entre los 17 y los 34 años.
  • El sexo: Las mujeres tienen más del doble de riesgo de sufrir un trastorno de pánico que los hombres.
  • Genética: Si tienes un familiar biológico cercano con trastorno de pánico, es mucho más probable que desarrolles la enfermedad. Aunque hasta la mitad o más de las personas con trastorno de pánico no tienen familiares cercanos con la enfermedad.
  • Trauma: Experimentar un acontecimiento traumático, como ser víctima de un abuso físico o sexual, puede aumentar también el riesgo de padecer un trastorno de pánico.
  • Transiciones vitales: Pasar por una transición de vida o un acontecimiento vital difícil, como la muerte de un ser querido, el divorcio, el matrimonio, tener un hijo o perder el trabajo, puede aumentar también el riesgo.

¿Cómo Afecta el Trastorno de Pánico a las Personas?

El trastorno de pánico provoca ataques de pánico recurrentes, a menudo sin motivo aparente. Los ataques de pánico pueden ser aterradores, sobre todo cuando se experimentan por primera vez. Implican sentimientos repentinos de terror que aparecen sin previo aviso. Estos episodios pueden ocurrir en cualquier momento, incluso durante el sueño.

Según la versión de 2013 del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (conocido como DSM-5), un ataque de pánico se caracteriza por cuatro o más de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones o aceleración del ritmo cardíaco.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de falta de aire o asfixia.
  • Sensación de ahogo.
  • Dolor o malestar en el pecho.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de mareo, inestabilidad, vértigo o desmayo.
  • Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar alejado de uno mismo (despersonalización).
  • Miedo a perder el control o a volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Sensaciones de entumecimiento u hormigueo (parestesias).
  • Escalofríos o sensación de calor.

Tipos de ataques de pánico

El DSM-5 enumera dos tipos distintos de ataques de pánico: ataques de pánico esperados y ataques de pánico inesperados.

  • Los ataques de pánico esperados se anticipan cuando una persona está sometida a señales específicas o desencadenantes de pánico. Por ejemplo, alguien que tiene miedo a los espacios cerrados (claustrofobia) puede esperar tener ataques de pánico en un área estrecha.
  • Los ataques de pánico inesperados no acompañan a ninguna señal o desencadenante obvio o consciente y pueden ocurrir sin previo aviso.

El trastorno de pánico suele comenzar al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta. Aunque el trastorno de pánico suele comenzar entre los 17 y los 34 años, todavía es posible desarrollar esta afección en la infancia o en la edad adulta tardía.

Prevención

Hay algunas técnicas que puedes probar para detener un ataque de pánico cuando se inicia:

  • Respiración profunda: Se ha demostrado que los ejercicios de respiración ayudan a controlar los ataques de pánico. Intenta respirar lenta y profundamente, concentrándote en cada respiración.
  • Relaja tu cuerpo: Soltar la tensión en todo el cuerpo puede ayudarte a mantener la calma durante un ataque de pánico. Toma nota mentalmente de cada zona de tu cuerpo, relajando intencionadamente cada una de ellas de forma sucesiva a medida que lo haces.
  • Encuentra un lugar tranquilo: Las imágenes y los sonidos suelen intensificar un ataque de pánico. Si es posible, intenta encontrar un sitio tranquilo donde puedas concentrarte en la respiración y en otras estrategias de afrontamiento.
  • Recuerda que se te pasará: Durante un ataque de pánico, puede ser útil recordar que estas sensaciones pasarán, por muy aterradoras que sean en ese momento. Intenta reconocer que se trata de un breve periodo de ansiedad concentrada, y que pronto terminará.
Cómo es el Trastorno de Pánico - Tratamiento

¿Cuál es el Mejor Tratamiento para el Trastorno de Pánico?

Ahora que entendemos cómo es el trastorno de pánico, toca hablar de su tratamiento.

El objetivo del tratamiento del trastorno de pánico es reducir el número de ataques de pánico que tienes y aliviar la gravedad de tus síntomas.

El primer paso es acudir al médico para asegurarse de que no hay ningún problema físico que cause los síntomas. Si se diagnostica un trastorno de pánico, un profesional de la salud mental puede trabajar contigo en el mejor tratamiento.

Las principales opciones de tratamiento son la psicoterapia y la medicación, aunque el autocuidado también juega un papel importante.

Psicoterapia

Hay varios tipos de enfoques psicoterapéuticos que han resultado eficaces para el trastorno de pánico. Se recomienda un tipo de psicoterapia (terapia conversacional) denominada terapia cognitivo-conductual (TCC) como tratamiento útil de primera línea para el trastorno de pánico. La TCC te enseña diferentes formas de pensar, comportarte y reaccionar ante los sentimientos que aparecen con un ataque de pánico. Los ataques pueden empezar a desaparecer una vez que se aprende a reaccionar de manera diferente a las sensaciones físicas de ansiedad y miedo que se producen durante los ataques de pánico. La psicoterapia psicodinámica centrada en el pánico es otro enfoque que se centra en examinar algunos de los conflictos subyacentes que pueden contribuir a los síntomas de pánico.

Medicación

Los medicamentos no curan los trastornos de ansiedad, pero pueden proporcionar un alivio significativo de los síntomas. Los profesionales sanitarios pueden recetar diferentes tipos de medicamentos para ayudar a tratar el trastorno de pánico.

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): Se utilizan habitualmente para tratar la depresión, pero también son útiles para los síntomas del trastorno de pánico.
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina (IRSN): Al igual que los ISRS, se suelen emplear para tratar la depresión, pero también son útiles para los síntomas del trastorno de pánico.
  • Benzodiacepinas: que son medicamentos sedantes, son poderosamente eficaces para disminuir rápidamente los síntomas de los ataques de pánico, sin embargo, pueden crear hábito, causando dependencia mental o física. Por lo tanto, tu psicólogo sólo te las recetará por períodos breves si las necesitas.

Los ISRS y los IRSN también pueden provocar efectos secundarios, como dolores de cabeza, náuseas, disminución de la excitación o del interés por el sexo, o dificultad para dormir. Habla con su psicólogo sobre cualquier efecto secundario, y nunca dejes de tomar un medicamento recetado sin hablar con un profesional médico.

Cuidado personal

Además de la medicación y la psicoterapia, se ha comprobado que algunos hábitos de vida ayudan a las personas a sobrellevar mejor los síntomas del trastorno de pánico.

Muévete

El ejercicio regular no sólo puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la tensión en todo el cuerpo, sino que se ha descubierto que también disminuye la frecuencia de los ataques de pánico.

Da prioridad al sueño

Las alteraciones del sueño y el trastorno de pánico pueden ser un círculo vicioso. Las personas con trastorno de pánico suelen tener problemas para dormir y la privación de sueño resultante puede dar lugar a mayores síntomas de trastorno de pánico.

Además de hacer todo lo posible por practicar una buena higiene del sueño, es importante que informes a tu psicólogo si crees que has desarrollado un trastorno del sueño y/o estás experimentando ataques de pánico más frecuentes. Porque no sólo hay que saber cómo es el trastorno de pánico, también hay que tener cuidado con cómo puede afectar al resto de tu vida.

Cuida tu dieta

Aunque no existe una dieta mágica para curar tu trastorno de pánico, hay ciertos alimentos y sustancias que pueden aumentar tu ansiedad o desencadenar un ataque de pánico, entre ellos:

  • Alcohol.
  • Cafeína.
  • Glutamato monosódico.
  • Azúcar refinado.

Lleva un diario

Además de llevar un registro de los factores desencadenantes, puedes utilizar un diario de ataques de pánico para anotar tus síntomas (físicos y emocionales), así como las estrategias de afrontamiento que te han ayudado a sobrellevar esos síntomas.

Practica la relajación

Las técnicas de relajación pueden ayudarte a ralentizar tus pensamientos, aliviar el estrés y la ansiedad y contrarrestar muchos de los síntomas cognitivos y físicos del trastorno de pánico. A continuación se presentan algunas técnicas de relajación que puedes probar por tu cuenta o con la ayuda de un psicólogo:

  • Respiración profunda.
  • Meditación de atención plena.
  • Relajación muscular progresiva.
  • Visualización.
  • Yoga.

Buscar ayuda

Para muchas personas, el estigma asociado al trastorno de pánico puede impedirles buscar apoyo y tratamiento. Sin embargo, obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados y contar con un sólido sistema de apoyo de amigos y familiares puede ayudarte a controlar tus síntomas y a sentirte lo mejor posible.

Si un ser querido padece un trastorno de pánico, haz lo posible por mantener tu apoyo y anímalo a buscar tratamiento, ya sea psicoterapia, medicación, autoayuda o una combinación de estas opciones.

Conclusiones

El trastorno de pánico puede ser aterrador, pero es una enfermedad tratable. Si no se trata, el trastorno de pánico puede convertirse en una enfermedad muy debilitante y aislante. Si lo padeces, es vital que busques ayuda médica lo antes posible. Con psicoterapia, medicación y cambios en el estilo de vida, puede ser posible controlar el trastorno de pánico de forma eficaz.

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